Una vez que un gato feral es capturado se lleva a las instalaciones veterinarias donde un veterinario colegiado sigue un protocolo estándar:

  1. Lectura de microchip: cuando a un gato se le encuentra un microchip se intenta contactar con el propietario para su devolución.
  2. Examen veterinario para detectar posibles patologías y determinar si el animal es un buen candidato para la esterilización.
  3. Esterilización y corte de la punta de la oreja para identificarlo como esterilizado.
  4. Desparasitación interna frente a parásitos intestinales.
  5. Desparasitación externa frente a ácaros, pulgas y garrapatas mediante spray (Frontline, Effipro).
  6. Vacuna frente a la Rabia, Leucemia, Rinotraqueitis, Calicivirus, Panleucopenia y Chlamydophila felis.
  7. Identificación con microchip.
  8. Otros tratamientos en función del estado sanitario del animal.

 

Una vez esterilizados, los gatos se despiertan en un entorno cálido y confortable y se les ofrece alimento inmediatamente. Los machos permanecen en observación durante 24 horas y las hembras durante 72 horas y si no hay complicaciones son liberados en el mismo lugar donde fueron capturados. Los voluntarios alimentadores continúan observando a los animales para detectar la aparición de problemas de salud o la presencia de nuevos gatos en la zona, para que pueda aplicarse el programa CES de forma continuada.